El plan de salida del hospital de Cristiano Ronaldo
Llegó, vio y venció. Como el César, Cristiano Ronaldo ha cumplido paso por paso con esta célebre y milenaria locución latina. ¿Cómo? Trazando un minucioso plan para llevar el nacimiento de su hija por la senda del hermetismo, su favorita cuando se trata de asuntos de índole personal. Todos los cabos relativos a la llegada al mundo de Alana Martina han estado bien atados por el crack luso, desde el alumbramiento hasta la llegada y salida del lujoso hospital Quirónsalud de Pozuelo de Alarcón (Madrid), a escasos metros de la residencia del madridista en La Finca y donde Georgina ha dado a luz al primer vástago de la pareja.
CR7 lo tenía todo pensado. El primer punto estaba claro: el parto debía estar programado para este domingo 12 de noviembre. La encargada de supervisarlo fue la reputada Inés Tamarit Degenhardt, jefa asociada y coordinadora de la Unidad de Diagnóstico Prenatal del hospital. Y así fue. Un día ideal en el que el delantero podría estar junto a su novia. El parón liguero por los compromisos de las selecciones internacionales motivaba que Cristiano Ronaldo no tuviera partido ni entrenamiento con el Real Madrid ni con el combinado de Portugal, por lo que podía destinar todo su tiempo a Georgina.
Según fuentes solventes consultadas por LOOK, primera hora del domingo, la modelo ingresaba en el Quirónsalud. Lo hacía acompañada de Cristiano y su chófer, a bordo del fastuoso Mercedes-Benz GLE 63 S AMG Coupé, uno de los coches favoritos del astro, con lunas tintadas y un sigilo sin igual. Ambos consiguen su objetivo, entrar al hospital sin ser vistos, subiendo a la suite directamente desde el garaje. Algo que es posible gracias a los esfuerzos del centro por preservar el anonimato y la privacidad de los pacientes.
Cristiano Ronaldo lo tenía todo bien atado / Gtres
Es de dominio público la obsesión casi enfermiza de Cristiano Ronaldo por aislar a él y a su familia de los medios de comunicación. Solo habla con quien quiere, cuando y cuanto quiere; algo que configura una estrategia perfecta para controlar, seleccionar y gestionar su propia imagen.
Un blindaje mediático a la que ha contribuido el hospital, por petición expresa del futbolista. Los medios de comunicación agolpados en la puerta del Quirónsalud esperaban información o alguna reacción, pero se toparon con la negativa de la seguridad a, incluso, acercarse a la puerta. Las directrices de Cristiano pasaban por establecer un perímetro de seguridad para la prensa.
Tampoco ha habido rastro de seres queridos, si bien es cierto que el lunes por la tarde dos vehículos, una furgoneta y un monovolumen, con cristales tintados, entraron al hospital. Casi con total seguridad fue la manera elegida por Cristiano y Gio para recibir visitas familiares.
El parto
Georgina Rodríguez permaneció ingresada todo el domingo hasta el momento del parto, a última hora del día. Durante todas estas horas no hubo rastro alguno de la pareja, invisible para todos. Lo verdaderamente sorprende fue ver cómo Ronaldo subía una imagen tumbado en la cama de uno de los hoteles de su cadena casi a la par que Georgina daba a luz. El siguiente post del de Madeira en sus redes fue la archiconocida foto posparto.
Tras el nacimiento de Alana, la expectación mediática por ver una estampa familiar ha crecido. Pese a tener permiso de su club por paternidad, el jugador acudió a entrenar voluntariamente al gimnasio de Valdebebas este lunes, circunstancia que ha repetido este martes, tal y como informa el Real Madrid. Por su parte, la oscense permanece ingresada en el hospital a la espera de un alta médica que -presumiblemente- tendrá lugar este martes.
Por el momento es difícil pronosticar si Cristiano y Georgina presentarán públicamente a su primera hija con un posado oficial, tal y como han hecho otros compañeros de profesión como Sergio Ramos, por ejemplo. Sin embargo, viendo la particular autogestión de su imagen que hace el portugués, todo hace pensar que saldrán del hospital como entraron, con discreción y haciendo gala de una impermeabilidad mediática sin parangón.